jueves, 21 de diciembre de 2017

Steel Ball Run: la madurez de Jojo


Tras acabar Diamond is Unbreakeable tardé casi 6 meses en empezar a leer Vento Aureo. Pese a lo mucho que odio a Giorno y al malo final, disfruté muchísimo de esa parte. Con mucho dolor y esfuerzo en mi corazón, logré posponer la lectura de Stone Ocean hasta agosto, y en apenas 2 semanas lo terminé. A diferencia de Vento ni siquiera le dediqué una triste reseña en Instagram, pero la verdad es que me encantó... con matices. La fórmula del villano de la semana sabía a vieja desde Diamond, y a Araki se le notaba la necesidad de empezar de cero y hacer algo nuevo.

Pero claro, la cabra tira al monte, y Steel Ball Run acabó siendo Jojo's Bizarre Adventures: Parte 7. Y es la mejor de todas con diferencia.

Bienvenidos a 1891.





Si bien se disfruta mucho más habiendo leído las 6 partes anteriores, Steel Ball Run no requiere de ningún conocimiento previo para entrar a ella. Situada en su propia continuidad, constituye un what if donde Araki explora qué pasaría si los eventos que causaron Phantom Blood nunca hubieran sucedido. En lugar de la máscara de piedra, el hamon y la rivalidad entre Jonathan Joestar y Dio Brando tenemos una monumental carrera de caballos cruzando Estados Unidos. Cómo no, cada uno de los participantes estará dispuesto a todo para ganar, y muchos de ellos se juegan algo más que el dinero del premio en la competición. 

A lo largo de Steel Ball Run, Araki pone en práctica todo lo que aprendió durante las 6 sagas anteriores, y la experiencia se nota. Ya no solo es que su dibujo sea mejor que nunca (y con un excelente coloreado oficial que os recomiendo a todos para vuestra primera lectura) sino que SBR casi podría definirse como un "Grandes éxitos de Jojo". Es un enorme homenaje a su creación, recuperando muchas de sus mejores (y menos aprovechadas) ideas mientras le da un aire nuevo a todo. Por destacar las dos más importantes, la trama gira igual que en Stardust Crussaders y Vento Aureo en torno a un viaje, pero su ejecución nos remite a la estructura de Phantom Blood o Battle Tendency. Lejos de convertirse en otro "Monstruo de la semana", todos los enfrentamientos aportan de algún modo a la trama central y afectan a las manipulaciones que rodean la competición. En segundo lugar, en vez de un grupo enorme donde varios personajes queden desaprovechados se centra solo en dos. Gyro y Johnny tienen una química fantástica, remitiéndonos sus interacciones al vínculo que formaban Joseph y César en Battle Tendency. Como guinda, tanto los secundarios como el villano disfrutan de mucho tiempo en pantalla, distanciándolos de los masillas a los que estábamos acostumbrados en sagas anteriores y convirtiéndolos en auténticos personajes. 

Que no os engañen sus pintas. Si no existiera Jolyne diría sin miedo que Lucy Steel es el personaje femenino más molón de todo Jojo.

Sin embargo, el mayor cambio de Steel Ball Run está en el tono de la historia, y la mejor comparación que se me ocurre sería el contraste entre la trilogía original de los X-Men y Logan. Tanto el producto como los personajes siguen siendo los mismos, pero el cómo sus acciones se nos presentan cambia. Se mantienen las locuras, las poses y un ligero regusto a "enemigo de la semana", pero esta vez la acción es mucho más seca. Hasta ahora podíamos acabar casi cualquier pelea con la típica fanfarria feliz o con un gag, pero Steel Ball Run sabe a... pérdida. SBR es una historia sobre lo que debemos sacrificar para progresar, e incluso cuando sobrevivimos es porque alguien tuvo que morir en nuestro lugar. Sin llamarlos prodigios de la narrativa, la mayoría de enemigos de SBR están muy humanizados, y no pocas veces nos sentiremos incómodos al verlos morir. El desarrollo extra que antes se reservaba para enemigos puntuales o los "jefes finales" aquí es lo habitual. Ringo Roadagain, Diego, Funny Valentine, Wekapipo, Sandman, Hot Pants... todos ellos sufren muertes horribles durante la serie, y por más que intentaran matar a Gyro y Jonhy no podemos (o al menos, yo no puedo) verles morir sin sentir lástima porque las cosas se desarrollaran de esa manera. 

Jojo sigue siendo Jojo, pero lo que antes era un Ora Ora Ora se ha convertido en un homicidio en defensa propia, y es algo con lo que me alegro que Araki experimentara. Steel Ball Run tiene varias de las mejores peleas de toda la serie, pero no son las batallas los que se quedan en la memoria.

Lo que realmente perduran son los pequeños momentos entre Gyro y Johnny, y todo lo que deben perder por alcanzar sus sueños.


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