sábado, 15 de marzo de 2014

Titanfall es un juego racista, clasista y capitalista


¡Hermanos! ¡Yo os invoco! ¡Hoy, en este gran sábado, cambiaremos el mundo! ¡Hoy escribiremos nuestros nombres en la historia! ¡Hoy destaparemos la verdadera cara de uno de los más viles y rastreros enemigos que se ocultan tras el marketing! ¡Hoy le haremos saber a todos que Titanfall es y será un juego para ricos! ¡Y también es racista! ¡Y comunista! Digo capitalista, capitalista.

Dejadme que os lo explique. Hará un par de días estaba yo, pobre alma cristiana temerosa de Dios, terminando la instalación de Titanfall usando ese nido de spywhare Origin cuando empecé a sospechar que algo iba mal. ¿39 gigas de audio? Hum, extraño. Sin embargo no me rendí y seguí en mi empeño, pues como todo buen redactor debo jugar a las últimas tendencias para traeros frescas informaciones al respecto. Terminé, le di a jugar y... ¡El horror! ¡El horror!


¡Ni al menú principal me deja entrar por pobre! ¡Habrase visto tamaña descortesía! ¡Solo porque tenga una mierda PC del 2008 ya no se me permite jugar! ¡Fascistas! ¡Nazis! ¡Comunistas! ¡Comunistas-Nazis-Fascistas! Digo capitalistas, capitalistas. ¡Y racistas! Seguro que si mi portátil no fuera del chino me dejabais iniciar vuestro juego, pero como le veis la gráfica made in Taiwan ya no le dejáis pasar. ¡Esto es un ultraje! ¡Una conspiración! Y menos mal que estoy yo aquí para explicárosla.

Gracias a esta vil estratagema, Respawn Entertainment pretende que solo las clases sociales elitistas, esos gordopeceros master race con PC de la NASA, puedan seguir perteneciendo a la raza maestra y que los demás, pobres almas cándidas, se queden sin jugarlo... o peor... ¡Que tengan que comprarse la Xbox One para darle en condiciones! ¡Quieren meternos Kinect en casa para usar su rayo de ondas mentales e inducirnos a comprar basura casual! ¡Hermanos! ¡Debemos resistir!

¡Y cuidado, no os dejéis engañar por sus adoctrinados! Por mucho que Anti me haya dicho que es fabuloso, hermoso, divertido, frenético y con doble salto (y que en dos días le haya metido más de 7 horas teniendo clase ambos) no podemos perder esta batalla, pues está claro que ahora es un zombie incapaz de discernir lo bueno de lo puramente vil y rastrero. Es más, esta degeneración afecta a todo su sistema neural, pues ayer mismo me dijo que FF XIII se estaba convirtiendo en uno de sus juegos favoritos. ¡Final Fantasy XIII!  ¡Resistid hermanos! ¡No os dejéis engañar por la malvada EA! ¡Jugad a Team Fortress! ¡Y meterme pasta en la cuenta del blog para renovar mi PC de una puta vez!

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