lunes, 17 de marzo de 2014

Dark Souls, bitches

Morirse no es agradable, nunca lo es, pero es necesario. No recuerdo como empezó todo esto ni como llegué aquí, pero sí estoy seguro de que empezó con mi muerte y siguió con más muerte. Y en un calabozo, empezó en un calabozo, en un castillo que había vivido tiempos mejores; mejor dicho, en un castillo que ahora ya ni vivía. La puerta abierta, una espada quebrada, enciendo un fuego en una hoguera apagada. Salgo al patio y un hachazo de algo que no he llegado a ver me atina. No importa, solo es una muerte más. Esta vez estaré preparado, la trampa ya no será inesperada, no es difícil de evitar. Se postra el gigantesco portador del arma ante mí, casi encajonado en esa zona abierta por su enormidad, y alzo mi acero. Sed de venganza, que dicen; ganas de ser pisoteado, que deberían decir. Muerto.





No habrá una tercera caída, voy a ir directo a la puerta lateral sin darle tiempo a sus torpezas. Una roca aplasta mis esperanzas, literalmente. Otra muerte me llega. Patio, salida, paso atrás para esquivar la piedra, otro hachazo desde el patio. Muerte. Patio, puerta, atrás, esquivar, escaleras arriba encuentro al asesino de la roca. Cuchillada, acabo con él y le robo la madera a modo de escudo. No habrá portal que no analice al detalle antes de traspasarlo, pero esto no quita que mi vida siga siendo fugaz, muchos verdugos consiguieron su objetivo a lo largo de mi camino, la muerte empieza a perder su significado. Mas, después de todos ellos, después de anticiparme gracias a macabras experiencias, los supero, a todos, a todos ellos, y llego arriba, a lo más alto del torreón. ¿Y qué encuentro allí? Nada, solo una caída hacia el patio de la bestia, otra caída hacia la muerte; pero esta vez puedo escoger, y no voy a ser yo quien muera: caigo cual flecha hacia la cabeza del monstruo, y de igual forma que él segó mi alma la primera vez, le clavo mi mellada espada sin siquiera darle tiempo a entender qué está pasando. Le quito la vida, le quito SU vida, una vida que ha costado decenas de muertes mías. Cae, inherte, y se desvanece, dejando solo una piedra brillante. La toco y, de igual modo, me evaporo con él.

Bienvenidos a Dark Souls.







Acerca de Anti

Su nombre real es Albert, pero como no tenéis ninguna foto
sigue siendo inmune las Death Note. Estudiante de
ingeniería industrial, gamer, amante y gamer otra vez,
tiene la ridícula esperanza de que alguien en alguna parte
se fije en sus textos. Quiere dominar el mundo para poder
destruirlo sin impedimentos.

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