A poco que llevéis un tiempo en el mundillo, es más que probable que conozcáis el trabajo de Monolith Productions, conocidos mayormente por F.E.A.R., Condemned y, más recientemente Sombras de Mordor. Siempre han estado ahí, en segundo plano, creando buenos juegos y ganándose una fanbase leal pero sin llegar a ser exactamente una desarrolladora de culto, y curiosamente es una situación en la que se han encontrado desde sus inicios cuando sacaron Blood, una obra del Build engine que, a pesar de ser considerada uno de los mejores FPS de la época, nunca llegó a tener ni remotamente el éxito de Doom o Duke Nukem. Y hoy hablaré sobre uno de los juegos más importantes para la compañía, Shogo: Mobile Armor Division, el cual a pesar de ser bastante ambicioso (tuvieron que crear para la ocasión el LithEngine, un motor gráfico que aún hoy en día usa Monolith para sus juegos) nunca llegó a tener mucha atención del sector mainstream, aunque con los años se ha ganado el corazón de ciertos círculos, siendo considerado uno de los mejores FPS de la vieja escuela. Ha estado en mi lista de pendientes desde hace bastante años, y hoy por fin le echaré una ojeada. ¡Empecemos!