sábado, 20 de septiembre de 2014

Cómo entrar en el mundo del cómic: Vertigo


Y tras la Introducción y la charla de Marvel y DC llegamos a mi parte favorita. ¿Que no sabes a cual me refiero? Fácil: esta es la parte en la que descubrís la línea Vertigo, cualquier prejuicio que tuvierais sobre los cómics se va al traste y encontráis un porrón de obras de calidad. Bueno, un porrón tampoco que no he leído demasiado de ellos aún, pero sí las suficientes para merecerse una entrada en exclusiva. 

Finales de los 80. DC Comics decide crear varios sellos editoriales dedicados a un público más adulto, lugar donde nacerían obras tan conocidas como La cosa del pantano, Hellblazer o Sandman. Este sello cambió de nombre varias veces, pero en el 93 Karen Berger, la directora ejecutiva de DC, fundó oficialmente la línea Vertigo, trasladando a la misma todas estas series y adoptando bajo su ala a varios nuevos escritores que buscaban tanto alejarse de los superhéroes como centrar sus guiones en personas de su edad en lugar de adolescentes.

Citando a la wikipedia, esto sucedió en una época en la que las editoras daban más importancia al dibujo que a las historias que contaban. Vertigo, por el contrario, buscaba contratar escritores vanguardistas, anteponiendo la importancia de las historias a la del dibujo. Aunque muchos de los títulos encuadrados en Vertigo seguían estando ligados al universo convencional de DC (Hellblazer, Swamp Thing, Sandman), progresivamente estos títulos se fueron desconectando de la "continuidad".

De forma progresiva se fueron sumando a los títulos clásicos muchas nuevas cabeceras que comenzaban sus historias sin estas restricciones, pasando completamente de explicar en qué momento o lugar del universo DC ocurrían los acontecimientos y desapareciendo así los malditos crossover. La línea Vertigo ejerció una gran influencia en la industria del comic-book estadounidense, particularmente en lo referente a la creación de tomos recopilatorios de las historias previamente publicadas y en la promoción de novelas gráficas. Esto contribuyó a la penetración en el mercado de las tiendas de libros pues los presentaba en un formato parecido a estos, facilitando a su vez futuras reediciones del título. Asimismo, el objetivo no era tanto hacer series infinitas sino que iban enfocadas a un final, lo cual evitaba la degeneración en cuanto a calidad sufrida por la mayoría de los Supers.




Y bueno, con saber esto os llega para entender por qué Vertigo es tan importante y por qué lo petó tanto en su momento. ¿Listos para pasar ahora a la lista de cómics de este sello que deberíais leer?


100 balas: ¿Qué harías si un desconocido te entregara un maletín con pruebas irrefutables de que todo lo malo que te ha pasado en tu vida es por culpa de una persona y una pistola con 100 balas irrastreables? Pues de eso va 100 balas. Llegado a la mitad pierde un poco el norte, pero sigue estando muy bien.




La cosa del pantano: De lo mejorcito de Alan Moore. Creo que con eso llega para vendéroslo si estuvisteis atentos al post anterior, pero por si no fue el caso... ¡Es de lo mejorcito que ha escrito el autor de From Hell, Watchmen, V de Vendetta, Miracleman, Top Ten y demás familia! Léelo maldito faggot.


Los libros de la magia: un cómic de cuatro capítulos bien majo donde Neil Gaiman hace un recorrido por la mitología mágica de DC Comics. Luego le sacaron una serie regular, pero no la leí.





Predicador Garth Ennis es... especial. Es cierto que poco a poco va degenerando y disminuyendo su calidad, pero los primeros tomos merecen bastante la pena. ¿Que de qué va la historia? Pues nos narra el viaje del predicador Jesse Custer, su exnovia Tulip y un vampiro propenso al alcohol llamado Cassidy para encontrar a Dios y preguntarle quién se cree que es para crear el mundo y no ocuparse de él. Lo normal, vamos.

Revolver Todos tenemos alguna obra que nos gusta mucho y ni Dios conoce, así que la "apadrinamos". Revolver es la mía. Leedla, seguro que os gusta. Una lástima eso sí que Norma se columpie tan brutalmente con el precio (como siempre).  


The Sandman: Dicho de forma rápida y directa, mi cómic favorito. Serie regular que contiene todas las virtudes de los cómics y casi ninguno de sus defectos. Si me dijéseis que os recomendara un cómic a ciegas sería justamente este (aunque ya aviso que el primero es el más flojo de todos sus tomos). Una vez terminada tendríais también Lucifer (no está mal) y The Dreaming (aún no la he leído), que más o menos continúan la historia de algunos personajes secundarios, pero ya no es Neil Gaiman el guionista.


Transmetropolitan. Warren Ellis realizó aquí uno de los cómics más cojonudos que he visto nunca pese a su inicio algo flojo y en exceso adolescente. Haré lo de siempre: aquí os dejo el capítulo dedicado a la prostitución infantil para que le echéis un ojo y después decidís si lo leéis o no.


Uncle Sam. Personalmente no es de mis favoritos (es más, desde que lo leí hará ya dos años todavía no me he planteado el darle una segunda lectura) pero mantiene bastante bien el tipo, su dibujo es muy bueno y la idea de que el Tío Sam es una persona real que malvive en la realidad estadounidense está bastante curiosa.


V de vendetta. Cualquier parecido de este cómic de Alan Moore con la película homónima es pura casualidad. Bueno, casualidad no que es porque compraron los derechos e hicieron un aborto de film, pero se entiende.






Y, de bonus track, os dejo también...

Stardust. No es un cómic per sé, sino más bien un cuento enfocado a adultos. Personalmente me encantó, pero aunque no tenga viñetas ni nada fue editado por Vertigo, así que yo lo meto y si cuela cuela.






Bueno, y con esto terminamos con la línea Vertigo. La verdad, me gustaría recomendaros muchos más productos de la misma como Fábulas, The unwritten o Hellblazer, pero pese a su fama todavía no las he leído, así que no es plan ponerme a llenar esto de recomendaciones a lo loco. Y ya sabéis, en dos días tenemos editoriales independientes.

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