viernes, 29 de marzo de 2013

Los muertos vivientes (The walking dead)

No os confundáis, el Moore que sale en la portada no es Alan.

Bien, aquí estamos. Al fin, tras casi un mes desde el día que terminé el tercer tomo recopilatorio de Planeta me pongo a escribir esta entrada. ¿El por qué de esta demora? Pues no lo sé, la verdad. No me salían las palabras para la reseña, supongo (aunque si los argumentos a favor y en contra de la serie, los cuales apunté nada más terminarla). Antes de empezar, una aclaración: la serie está basada en este cómic, pero no he visto la versión televisiva para poder juzgar su calidad como adaptación. Tras el aviso, comencemos la reseña.


Por si alguien lleva un par de años debajo de una piedra y no tiene ni idea de qué va esta serie (en serio, ¿cómo lo has hecho? esta y juego de tronos han sido la comidilla de todo el mundo los últimos meses) le diré que el punto de partida de esta historia es que el protagonista (Rick) despierta de un coma. Algo atolondrado, busca a una enfermera que le informe de lo que todos preguntaríamos en esas condiciones (dónde estoy, qué ha pasado, por qué no llevo pantalones...) solo para descubrir que ella (y por consiguiente todo el resto del hospital) se ha transformado en zombies. Asustado, Rick huirá del hospital y hará todo lo que esté en su mano por encontrar a su familia y sobrevivir un día a ese mundo de pesadilla.

Y... eso es todo. La verdad, la historia de The walking dead (o Los muertos vivientes, o TWD, o LMV, como más os guste llamarla) es lo de menos, pues lo realmente importante son las personas. No se trata de una lucha contra un comando terrorista que usa zombies en sus ataques o de una búsqueda de cómo revertir la invasión de no muertos, sino de una gesta por la supervivencia. Rick (y el resto de gente que aparece en el cómic) lo único que desea es sobrevivir y proteger a sus seres queridos, incluso si para ello debe tomar decisiones que bajo otras circunstancias ni se plantearía. Dicho de otro modo: TWD se basa en las relaciones interpersonales, y es ahí donde más la caga.

Las portadas son jodidamente espectaculares.

La idea es cojonuda, soy el primero en admitirlo, pero Kirkman (guionista) comete un error que le pasa una factura terrible al cómic: le cuesta mucho que nos sintamos implicados por los personajes. La mayoría de los mismos nos será indiferente que vivan o mueran, y por momentos parece que el único modo que tiene de hacer que sintamos algo por ellos es matándolos de una forma cruel e inesperada (es más, hasta bien avanzado el tomo 2 solo sentía un mínimo de empatía por Sofia, la niña pequeña). Con el paso de los capítulos lo ha ido corrigiendo, de tal modo que hasta el punto en que leí (los tres tomos recopilatorios en edición integral de Planeta, lo que sería hasta el capítulo 72 de la numeración americana o el tomo 13 de la edición pequeña de planeta) ha tenido una progresión muy positiva en el desarrollo, pero todavía no me parece suficiente. No es algo tan sangrante como el de Another pero se queda extremadamente lejos de cosas como La larga marcha o Madoka, e incluso de Battle royale. Aún así, repito que vi en los últimos episodios que contenían las mentadas ediciones auguraban un futuro muy positivo en lo que a empatía respecta.

Me gustaría enfatizar un detalle: que no estén tan bien hechos como deberían no los hace malos. Todos los personajes tienen una personalidad bien definida y reaccionan de maneras coherentes ante las situaciones (bueno, más que "coherentes" creo que la palabra sería "comprensibles", pues ante un estresor como ver a tu familia morir a tu lado sin que puedas hacer nada para evitarlo es incluso normal que uno pierda la chaveta), lo que le da un plus de interés al cómic... el cual realmente necesitará, pues tiene un inicio lento como pocos. Las 300 primeras páginas (casi la totalidad del primer tomo en edición integral) son soporíferas, predecibles y bastante coñazo. ¡Ojo! A partir de ahí empieza a subir la calidad considerablemente, y no bajó el nivel en ningún momento de todo lo que leí, pero es mi deber avisar a todo el mundo de que empezar The walking dead se hace muy cuesta arriba.

A esto último se le unen dos pequeños problemas, que independientes no serían demasiado dañinos pero que actuando juntos hacen la lectura algo por momentos caótico: la narrativa que usa Kirkman para las conversaciones y lo parecido que resulta el dibujo de algunos personajes. Veréis, de cuerpo entero no hay ningún problema, reconoceremos a todos al primer vistazo, pero cuando al dibujante le da por los primeros planos... la cosa cambia. En cualquier otra serie esto podría subsanarse mediante el tono de piel o cogiendo el hilo de la conversación, pero TWD está enteramente dibujado en grises y muchas veces da la impresión que la narrativa vaya a saltos, empezando muchas veces las páginas con conversaciones que se nota que llevan un rato en marcha. Es original, sí, pero muchas veces resulta confuso para el lector (más de una vez creí que me había comido una página al leer) y si lo conjuntamos con el problema de las caras puede sacarnos más de una vez de la historia para preguntarnos qué narices acaba de pasar.

¿He dicho ya que las portadas son geniales?

Tal y como comenté antes, el dibujo es enteramente en gris. Es cierto que al principio echaremos en falta "un toque de color", pero en nada nos habremos acostumbrado y la verdad, me gusta el resultado final. Le da un estilo propio que realmente me agradó. En lo que respecta al dibujo poco hay que decir, excepto por el detalle de las caras está realmente bien.

Y bueno, llega la hora del veredicto: ¿lo compramos? En mi opinión, no. La serie es buena, y tiene potencial para seguir mejorando más allá de lo que yo leí, pero cuesta 40 euros cada tomo recopilatorio de la edición integral (hay 3 en España, nos costaría 120 €) y 7,50 los tomos sueltos (hay 17 en España y abarcan algo más que la edición integral, costándonos 127 euros de ese modo). Esto ya sería un gasto elevadísimo si la serie estuviese cerrada... pero no lo está. En USA van por el número 108 y Kirkman afirmó que le gustaría continuar la serie todo el tiempo posible, así que o se pasa de golpe la moda zombie o tenemos cómic para rato.

En mi opinión, lo mejor que se puede hacer ahora con Los muertos vivientes es dejarla reposar y dedicarnos a otra cosa; así, cuando dentro de unos años encuentre su final será más sencillo hacernos con la obra completa a un precio más competitivo... y no tendremos que quedarnos a mitad de la acción porque hemos alcanzado el ritmo americano. Aún así, si alguien está decidido a leerla como sea, le recomendaría (a parte de la obviedad de tirar de biblioteca) la edición integral. El papel es bueno, la edición "mu rexhulona" y los bocetos y portadas incluídos al final de los mismos con comentarios de los autores merecen mucho la pena. Asimismo, el tercer tomo de la edición integral termina dejando prácticamente todo cerrado, así que nos vale como "punto frío" ideal para dejar la serie una temporadita. Eso sí, no dudéis en que una vez la terminen le echaré una relectura hasta el final.

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